"Entre Centro Medico y Tacubaya"
Mis mundanas fantasías se alejaban por el pasillo del trasbordo entre Centro Medico y Tacubaya.
Egoísta el muchacho, si ya había aceptado tomar el metro ¿Por qué no se quitaba la mochila del trasero? Con la esperanza de ver un poco más no quite la vista de la rebóntate mochila. . . ok, de vez en vez echaba la mirada hacia arriba porque gracias a su divina vanidad (creo yo) traía los hombros descubiertos -¡maldita sea, por qué el trasero no!- y valla brazos.
Nunca en mi vida había estado tan cerca de algo así. . . de hecho no creí que existieran cosas así, pensé que las fotos en mi compu eran solo producto de la morbosa mente de algún buen dibujante, o cuando menos, no pensé que viajaran en metro, pero era real, era pura carne lo que estaba viendo, pura carne y una especie de imán óptico que no me dejaba ni parpadear.
Con los ojos casi secos, la respiración agitada, el pulso alterado, y debo admitirlo, comenzando a sofocarme, decidí caminar mas lento y así intentar alargar el placer imaginándolo con las manos en la cintura y mordiendo un pequeño extremo de su playera negra, ajustada y sin mangas para que yo pudiera ver mas, acercarme y luego. . . luego se acabo el pasillo y llegando justo a las escaleras se despide discretamente de su amiguito de playera rosa de Lacoste, -al que yo ya había borrado de la escena- y le entrega la maldita mochila, -¡la que le cubría el trasero!- y mientras se miraban tiernamente yo baje las escaleras, no quise ver mas.
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