Esas pláticas donde ya nada se reclama y ya nada se exige son las peores.
La voz distante no logra opacar la imagen pero si la vuelve inalcanzable cuando lo único que se menciona son cosas que ya nada tienen que ver con uno. Por eso tu dices te mando un beso y yo digo gracias.
Ese beso ya no es mío.
Por eso tú también me dejas las gracias cuando yo hago lo mismo.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home