yo-te-quiero
. . . y recuerdo entonces cierta piel blanca,
en mi espalda su mano, poco mas calida que el aire que entraba por la puerta de la terraza. Un día raro fue ese: era martes, había sol pero estaba lloviendo y sin embargo, ninguno de los dos vio el arco iris. A mi no me interesaba, prefería mantenerme quieta y con los ojos cerrados, como ahora. Pero ahora es diferente, ahora el calido ambiente de mi cuarto es tristemente insoportable, perturbador hasta cierto punto. Mi puerta esta cerrada, y yo, yo estoy más que sola, así que ese recuerdo más que ser agradable, ahora es incomodo.
Estoy ahogándome en la pacifica lluvia de noche que resbala por mi ventana, estoy ahogándome acá en mis sabanas.
Ven y dime que todo fue un sueño, ven y dime que nos volveremos a ver, ven y dime que es mentira todo lo que me contaron, ven, olvidemonos del arco iris otra ves.
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