Ah pero si te tuviera enfrente... el suspiro que ahora suelto seria una caricia que le diera a tu cuello. Te escribiría una carta de amor, algo parecido a lo de las hadas, pero esta vez si le pondría tu nombre. Metería mis manos frías a tu espalda de niño libélula y me resistiría a tu larga despedida de playa. Atraparía tu reflejo en mis pupilas para tenerte en negativo e imprimirte en mis memorias.
Si por lo menos supiera que es verdad que tú regresas, me quedaría con la nostalgia que acabo de meter al cuento de navidad, y los largos kilométros de carretera serian telarañas en las esquinas que nunca limpio.
Dejo estas letras aisladas de computadora para decirte lo que siento. Tomaré el rojo de la tinta que me falto en mayo para dibujar corazones y escribiré en la cuadricula de mi cuaderno de matemáticas que te quiero, y otras cosas (aun) censurables para este blog. A volar avioncito de papel. A volar besos mariposa y a aterrizar en cada palmera a la que él se abrace.