abril 19, 2005

sin Dios y sin Diablo

Parece como si me hubiera metido por error en otra historia.

Mira, a nadie le importa.

Otra vez alguien va a subir a tu balconcito a molestarte, y sin saber si es parte de tu estructura de sueños un día terminaras saltando y todos te veremos morir en el intento. No vas a llegar al piso, ni a rozar las violetas que tu papí te planto en el jardincito y que ahora orina Camilla. En la caída te nos vas mariposa.

Camilla orina en mis plantitas que crecen y crecen con el único objetivo de brindarme sepultura. ¡Todo tiene un porque!
Me gusta mirar las cosas desde acá arriba. No entiendo. Tal vez estás horas sean de esas de carrusel, de las que marean cuando todo parece normal, cuando no hay nada bueno, ni nada malo, de cuando las señoras van al mandado y a hacerse el maniciure, de cuando los niños se comen su Maruchan en el recreo y de cuando las palomas se cagan en los hombros de las personas. Acá arriba es como el limbo.

¡Que no entiendes que no pasa nada!

Lo diferente de estos días ha de ser su surrealismo de lluvia ardiente… de gotas de agua caliente que pintan arco iris en las pupilas de los que pueden ver hasta el horizonte y confundir lo divino lo profano y lo “normal”. De los que no se asustan con la levedad.
Hoy brilla mucho el sol. Me marea. Es como si mis ojos estuvieran plagados de noches brillantes con sonrisas de lunas.

¡Lluvia! ¡Lluvia!

Me gustaría saltar. Salir de este cuerpo y de esta historia sin luciérnagas ni libélulas. Me gustaría tener en mi cuentito ballenas voladoras y elefantes azules. Me gustaría oír las mentiritas de alguien. Las verdades.
¡Me gusta mirar las cosas desde aca arriba, ver que crescan más mis plantitas funebres!

Más abajo del limbo hay un jardin de violetas creciando salvajemente para brindarte santa sepultura mariposa. Más arriba, palomas cagandose en los hombros de las personas en simples tardes de abril


Amen.

Amen.