Coke-Machine

Toma lo bueno. Para eso he de caminar varios muchos metros hacia las maquinitas de sodas que no me quieren, de hecho, creo que hasta me odian: si yo deposito 5 pesos para una lata o 6 para una botella plástica y 245 ml más, hay posibilidad de que ocurran 3 cosas:

Que la maquina se trague mi cambio
y/o que me de mi dosis de cafeína diluida aparezca cual espresso en una lata caliente
y/o en el mejor de los casos, darme otro tipo de marca, lata, logotipo, campaña publicitaria que no coincide con mi estilo de vida y mi visión de la humanidad.

O sea, si yo quiero Coca y me sirven Sprite, mi existencia tiene que girar 180 grados para adaptarse al sempiterno mundo lleno de burbujas y amigos forever los cuales me quieren “dar” “coger” o “verme sin ropa”. Como sea, yo hoy quiero Sprite no más porque combina con mi chamarra BSK. Y me dan Coca. Asi que como venganza, desahogo o whatever, escribo en una "vendor machín":

no compres aquí
no seas pendejo

y luego resulta que la pendeja soy yo porque vuelvo a la rectangular y terrible máquina de la decepción.
Nomás para no olvidar quien soy.