Mi regalo

No puedo usar mi teleport, ya sabes, soy muy despistada y en la última borrachera lo perdí.
Si por mi fuera me empaco en una caja con moño para regalo y me envió por DHL hasta Barcelona.
Pero no puedo. Lo más que me queda es este baile sobre el teclado.
Que las yemas de los dedos ejecuten su mejor pieza. En pasos chiquitos, recortados, ardientes, melodramáticos, acompañados, sicodélicos, a media luz, con la puerta abierta y Fiona Apple en el fondo con su piano neurótico al borde de un ataque al miocardio.
Así, un baile histérico hasta el desquicio. Al ritmo de letras neón, con ganas de cabaret y un buen tango. Tal vez más tarde, también se me antoje un párrafo de cumbia. Es cuestión de que la confusión se adueñe de la pista de baile y me acerque mas a ti. Que los kilómetros se acorten y los litros del océano se vuelvan “las mañanitas” con Mariachi y todo.
Robémosles como hace tres años la escena a John Travolta y Uma Thurman. Aunque sea a larga distancia. Aunque esta no sea la sala de tu casa. Metamos el cuerpo entre líneas de surf. Que Tarantino haga rabietas cuando nuestros cuatro pies izquierdos arruinen la película.
Total. Hoy se trata de fiesta.
Te concedo esta pieza.
Feliz cumpleaños, nene.