Historia no oficial y no prudente.
El conflicto no venia de abajo, pero igual se miro los pies y al sentir la torpeza, la inseguridad que brotaba debajo de sus pies, junto a sus uñas rosas, no hubo mas remedio que poner cara de fuchi y bajar a la cocina a desayunar Zucaritas.
El sol dejo de brillar y su mini fin del mundo le callo encima. El primero de muchos días de oscuridad por fin llegaba. Ya eran las ocho de la mañana con cuarenta y tres minutos, aunque eso no importa mucho dadas las presentes circunstancias, lo escribo porque así sucede. Cuando menos te lo esperas el recuento de tus errores pasa delante de ti, debajo de tus pies, te inmoviliza y entonces el devenir lo supones fatal.
Así, ese lunes, la suma de toda esencia desastrosa se genero en forma de impericia en el punto diametralmente opuesto a sus tenis floreados y sucios. Justo ahí, en ese punto, en su cabeza sentía escapar toda fuerza, todo movimiento útil.
Yo casi nunca actuó de manera conciente. Yo actuó de manera impulsiva casi siempre. O en su defecto, demasiado reflexiva.
Con una sonrisa siempre, con ese aire de seguridad, pero nunca, así, digamos, prudente.
Prudente. Prudencia. Es una rara palabra que no me suena a nada más que a canción de los Beatles.
Para este entonces uno se da cuenta que no es mas que un personaje inventado y metido al cuentito que se va inventando (lo malo es que a mi ya ni me da por pegarle al tecladillo)
Cada una de las ideas se escapa cual puerta se cierra y cual imagen de prosperidad no alcanza más que para quedarse en casa un Lunes cualquiera.
El cuento que estoy escribiendo trata sobre la muchacha a la que la frustración le cayó como del cielo cae la caca de paloma. El cuento esté de la niña con tenis floreados, que desayuna Zucaritas y se pinta las uñas de los pies de color rosa mexicano continua el Lunes a las doce veintisiete de la noche, hora en la que se resigna y el gigante destino termina arrullándola en una de sus palmas.
Pero la muchacha debe mantener la calma, mostrarse sabía y ligera, porque ante cualquier movimiento, el enorme podría aplastarla como a una mosca…
¡Ya estoy hasta la madre! … pero hoy, de nuevo el gigante comienza a impacientarse.
4 Comments:
Actua con calma, paciencia, no seas tan impulsiva, con calma, y las cosas se iran moviendo constantemente, lento pero seguro.
Yo tambien estoy hasta la madre, pero queda seguir, para delante, no se puede detener la vida.
tal ves no hemos sido unas santas, ni mucho menos nos vestimos de blanco, pero me agradan tus palabras...
echale ganitas.... la via es dura uno aprende a chingadazos, caidas y tropezones....
suerte mariposa...... deja que la sangre fluya por tus alas y vuela salpicandonos de pensamientos abrumadores a la media noche
mal colectivo miss. todos dormimos en la misma palma, asi que si te haces un poquito pa aca yo te abrazo.
ya me tome mi juguito de manazana nectar, a descansar mi niña.
A LA MADRE! QUE BUEN POST. COMO EVOCA IMAGENES Y SENTIMIENTOS.
NO HAY DUDA MI CHARLY, HAY DIAS MALOS, DIAS DE LA VERGA Y DIAS EN LOS QUE JETEAMOS EN LA MANO DEL MALDITO DESTINO. GIGANTE QUE DA MIEDO.
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